República del Paraguay

lh: paraguay

Datos personales

Nombre y apellido: Daniel de Irala
Cumpleaños: 15 de mayo de 1811
Edad: 20 años
Sexo: Masculino

lh: paraguay

Características físicas

Altura: 1.73 metros
Tez: Tostada
Ojos: Verde olivo
Cabello: Castaño oscuroCaracterísticas especiales: Su rulito representa al Río Paraguay y tocarlo le quita el estrés. La banda de su cabeza lleva uno de los dos escudos del país, el otro está al reverso de su chaleco. Tiene la espalda llena de cicatrices debido a las guerras que vivió.Información técnica
Fecha de creación: 20 de junio de 2009
Diseño inicial por: makotohayama

lh: paraguay

Paleta de Colores

Se puede usar este personaje para proyectos de fandom remunerados?
(patreon, stickers, prints, comisiones, etc)Sí, pero debes acreditar a la creadora original adjuntando el link a su twitter.
(Y manda decir que acepta regalitos)

lh: paraguay

Galería

lh: paraguay

En sus aptitudes

Daniel sabe muchísimo de medicina natural y alternativa. Gracias a los grandes conocimientos apotecarios que le enseñó su madre, el Pueblo Guaraní, conoce perfectamente las propiedades curativas de hierbas y plantas, las cultiva él mismo y sabe darles uso para aliviar casi cualquier cosa. Esto puede llegar a un extremo algo peligroso: Aunque no lo parezca, Daniel es un tanto testarudo, y muchas veces se niega a visitar doctores o tomar medicinas que no sean sus “remedios yuyos”.Además de haber adquirido grandes conocimientos sobre plantas y yerbas, los guaraníes observaron y nombraron una gran cantidad de especies animales de todo tipo, dándoles nombre e historias a cada uno. Estas historias pasaron a ser leyendas que hasta hoy perduran en el Paraguay, por lo que Daniel también es muy buen zoólogo y muy apegado a sus animalitos.Podríamos decir que también es socialmente torpe. Daniel pasó bastante tiempo completamente aislado de los demás, por ende no sabe bien cuándo pisar fuerte y decir que no, y eso le complica mucho las cosas. Puede que en parte, esta falta de determinación y aislamiento que perduran al día de hoy vengan de cierta falta de confianza en sí mismo: Se ve como menos que los demás; menos desarrollado, atractivo o interesante. Dani sabe que no tiene el encanto ni la gracia al hablar que tienen sus primos, Martín (Argentina) y Sebastián (Uruguay), ni su nivel de desarrollo, ni su elegancia al vestir. Lo que no consigue ver es que los que lo conocen bien de hecho aprecian esa humildad suya, y esa relativa torpeza al relacionarse resulta casi adorable a los ojos de los demás. Tal vez esta sea la razón por la cual lo llaman “el corazón de América”.Paradójicamente, es muy bueno con los idiomas y se adapta rápidamente. Se dice que el paraguayo no es patriota porque cuando va a otro país, automáticamente adopta el acento o el idioma de los demás como si hubiera vivido ahí toda la vida, pero más bien es un mal necesario ya que en Paraguay es extremadamente común mezclar el español con mucha jerga en guaraní (el segundo idioma oficial del país y legado de las tribus guaraníticas) en el hablar cotidiano. Y es que desde épocas coloniales, el guaraní en Paraguay es el idioma del amor: Se habla con la familia, pareja y amigos, mientras que el español puro fue siempre reservado para el trabajo y ocasiones formales.A pesar de todo sin dudas es inteligente, sí, pero muchas veces pasa desapercibido o Daniel mismo lo oculta a propósito. La mayoría de las veces usa ese ingenio para solucionar problemas más banales y cotidianos, cometer ciertas fechorías, o simplemente conseguir lo que quiere. La fachada de angelito que los demás ven en él la aprovecha al máximo, así como el cariño que le tienen sus primos, con quienes se siente más cómodo y filtra menos sus palabras. Con ellos siente que puede ser honesto en casi, casi todo.Daniel tiene gran aptitud para la música: La guitarra, el requinto y el arpa paraguaya son su orgullo, en especial esta última que goza de gran reconocimiento en todo el mundo. Las melodías dulces y armoniosas de las cuerdas son muy comparables a él mismo y a su carácter suave y amable.Es algo haragán, pero cuando se pone a trabajar se pone a trabajar. Actualmente tiene un progreso bastante bueno económicamente, siendo especialmente bueno en ganadería y agricultura, pero aún anda con problemas de administración y distribución de esa riqueza. Trata de ser optimista al respecto y superarse, pero nunca tiene iniciativa.Ama con pasión el fútbol y le gustaría ser tan bueno como lo son sus vecinos, llegando a ser curiosamente campeón en fútbol de playa a nivel regional y mundial, a pesar de ser un país mediterráneo. Tampoco le desagrada otros deportes como el handball, el tenis o el rally.

En sus actitudes

Al paraguayo varón en general se lo conoce como haragán y malcriado, y a la paraguaya por ser fiera y trabajadora. La población de Daniel, por mucho tiempo, fue mayoritariamente dominada por mujeres. La sociedad paraguaya es sexista pero matriarcal: Tras la guerra contra la Triple Alianza, donde falleció el 90% de población masculina del país, las propias mujeres que quedaron valoraron mucho a los pocos varones que nacían, y los trataban como príncipes que sólo debían estudiar mientras las mujeres trabajaban, limpiaban, cocinaban y los cuidaban. Debido a los años y años en los que predominó esta población femenina, Daniel no adoptó tantos tratos estereotípicos del paraguayo varón -a pesar de que algunos sí los tenga en cierta medida, como la ocasional pereza- sino que perduran en él algunas conductas que usualmente se le atribuyen al rol femenino como el lavado a mano, limpieza y cocina. Además es un amante jardinero; le habla a sus plantas y tiene una huerta en su casa. Por último, debido (entre otras cosas) al delicado tema de la batalla de Acosta Ñu durante la mencionada guerra, donde pelearon y perdieron la vida unos 4.000 niños de entre 8 y 14 años, Daniel es también tremendamente maternal.Por estar tan apegado al idioma guaraní, mezcla constantemente este y el castellano, por lo que a veces no se le entiende mucho al hablar. Nunca falta el: Nde, ningo, pio, piko, katu, ma´era, anga, nambre, ra’e, mba’e etc. en una conversación con él. Esto para Daniel es frustrante, porque cuando quiere expresarse frente a otras naciones nadie lo entiende, y pelea mucho internamente intentando recordar cómo se decía tal o cual cosa en español neutro. La constante lucha lo hace sentir todavía más aislado e incomprendido a veces, prefiriendo solo callarse a tener que batallar para que se le entienda. Eso sí, cuando es obligado a hablar en castellano, se dice que tiene uno de los castellanos más neutros y entendibles de Latinoamérica.Es muy amigable, hospitalario, cariñoso y modesto, pero aunque no lo parezca, tiene un lado pasivo-agresivo, y aprovecha muchísimo el guaraní para decir sus maldades sin filtro. Sale a defender su cultura, idioma y gastronomía como una fiera a la primera provocación, y se indigna cuando los demás países toman cosas suyas como la chipa, el tereré y el chipa guazú y lo “transforman” en bolitas de queso, tereré con jugo en sobre o “choclotorta”.A pesar de estos encontronazos, Daniel posee un enorme sentido de fidelidad hacia la gente que quiere. Esto se muestra, por ejemplo, en su postura sobre las Malvinas argentinas; incluso cuando fue sacado del Mercosur en un discurso en 2013 donde mantenía firmemente su punto de vista. También sostiene su postura respecto a Taiwán como país independiente.Es también muy apegado a su tierra y a sus costumbres, por lo que cuando viaja siente una gran melancolía por el lugar donde vive, teniendo esta melancolía y añoranza su propio término en guaraní: El “techaga’u”. Este sentir tan intenso ha llevado a grandes músicos paraguayos de siglos pasados, exiliados u ocupados en largas giras, a desarrollar y escribir bellas piezas dedicadas al Paraguay desde la distancia, y a producir el primer género musical paraguayo: La guarania; lenta, apacible y melancólica.

lh: paraguay

La Triple Alianza

Quiérase o no, la Guerra contra la Triple Alianza, donde los aliados (Uruguay, Argentina y Brasil) lucharon contra Paraguay, fue uno de los eventos históricos más complejos e influyentes en el país, y sus repercusiones perduran, dictando incluso los relacionamientos entre estos países hasta el día de hoy.No es secreto que Daniel siente algo de celos, sobre todo de su vecino/primo Argentina, y la razón de los mismos también provienen de este capítulo de la historia, siendo incluso gran parte de las razones de su baja autoestima. Y es que antes de la guerra, Daniel mismo solía ser muy distinto: un país presumido y orgulloso, como Argentina es ahora. Antes, el Paraguay de humilde no tenía nada.A inicios del Siglo XIX Paraguay se aisló completamente del mundo exterior, tanto en defensa propia (Argentina en especial no lo reconocía como independiente, sino que quería anexarlo como provincia y por lo tanto no permitía a embarcaciones paraguayas navegar el Río de la Plata) como por necesidad (esa prohibición obligó a Daniel a crear recursos y producir todo lo necesario por su cuenta).Este aislamiento lo hizo completamente autosustentable, llegando a ser el país más próspero y uno de los más avanzados de Sudamérica. En esos tiempos se incentivó muchísimo el nacionalismo y la educación básica era obligatoria. Durante los siguientes gobiernos la educación superior se popularizó, los bloqueos por parte argentina disminuyeron y el país volvió a tener acceso al resto del mundo. Daniel conoció el lujo, la moda, las fiestas y costumbres europeas, los grandes bailes y las imponentes estructuras arquitectónicas del extranjero.Lo tenía todo: era culto, industrializado, muy orgulloso, y quedó bien posicionado económicamente. Esto se traspasó tanto a su gente como a las siguientes generaciones y se creó un sentido grande de elitismo y superioridad que inició roces políticos fuertes con Argentina, Brasil e incluso Estados Unidos. Pero la guerra le enseñó humildad de la forma más cruel, bajándole la moral y golpeando severamente su autoestima.Duró cinco años en un tres contra uno injusto, brutal y cruel. Le dolió por sobre todo la traición de Sebastián, siendo él por quien Daniel había iniciado la guerra: Paraguay y Uruguay tenían un acuerdo de defensa mutua, así que cuando Uruguay sufrió ocupaciones por parte de Brasil en 1865, Daniel fue en su defensa y cruzó terreno argentino que no tenía permiso de cruzar. Como consecuencia y excusa, Argentina le declaró la guerra.Daniel también envió soldados como una distracción a Matto Grosso (Brasil) para ganar tiempo en lo que llegaba a Uruguay para socorrerlo y como parte del tratado que tenía con Sebastián. Como consecuencia, y sumado a las tensiones limítrofes que ambos países arrastraban desde hacía décadas, Brasil le declaró la guerra.Y por último, cuando las tropas paraguayas al fin llegaron a Uruguay, el gobierno uruguayo ya había sido tomado por simpatizantes de Brasil. Y Uruguay también le declaró la guerra, colocando el último clavo en el ataúd y terminando de romper el corazón de Daniel, quien luego se enteraría de que los tres habían firmado un tratado secreto de guerra varios meses antes de las supuestas declaraciones de guerra, traicionándolo a sus espaldas y en secreto.

Daniel terminó perdiendo a casi toda su población masculina, la mitad de la femenina, y a una gran cantidad de niños y adolescentes que fueron también masacrados en lo que los historiadores llaman una “guerra de exterminio”. Hospitales fueron quemados con todos sus pacientes vivos dentro, selvas prendidas fuego con mujeres escondidas en las ramas de los árboles, niños disfrazados de soldados fueron muertos a bayonetazos, cuando se prendieron a las piernas de los soldados extranjeros pidiendo piedad. Asunción, la capital, fue saqueada y quemada, ocupada por al menos ocho años. Y Daniel sintió todas y cada una de estas muertes, llegando al borde de la muerte y la desaparición él mismo.Todo esto, aunado a las masacres post-guerra por parte de los kambas (soldados brasileños que montaron una ocupación del país para saquear, incendiar, matar y robar todo lo que quedaba de Paraguay), logró que la moral y la autoestima de Daniel quedaran por el suelo, para siempre.Por estos eventos del pasado, Daniel sigue teniendo grandes cicatrices en su espalda que intenta ocultar por todos los medios, al igual que cicatrices emocionales que todavía no terminan de sanar del todo. Pero con el paso del tiempo ha demostrado ser una persona fuerte y capaz de perdonar a los otros por acciones que casi le costaron la vida.Y aunque aún sienta un ínfimo rencor hacia aquellos que lo dañaron tan gravemente, esa no es razón para no seguir viviendo.